viernes, 11 de abril de 2008

UN SOLO VEHICULO EN LA DIVERSIDAD DE TECNICAS DE SANACION

DIVERSIDAD DE TECNICAS DE SANACION : UN SOLO VEHICULO

Más allá de todo lo escrito en este blog, que ha cumplido más de dos años, todos conocemos que existe una extensa diversidad de técnicas de sanación que comprenden, básicamente, dos ramas : las tradicionales (Medicina –y todas sus especializaciones-, Psicología, Psiquiatría, etc.) y las no tradicionales o alternativas (reiki, yoga, reflexología, Shihatsu, fitoterapia en toda su amplia gama, Parapsicología, y así un extenso listado de conocimientos aplicados en el arte de curar, algunos milenarios otros más recientes, cuya sola enunciación me llevaría realizar un libro entero).

Para todos estos sistemas, entiendo yo que debe existir un común denominador que los aúne y así surge de la experiencia de encuestamientos realizados a muchos sanadores, profesionales o no tradicionales, quienes cada uno desde su óptica fueron dando pautas para hallar ese factor común aglutinante del hecho de sanar, sin el cual nada es posible.

Hay dos elementos fundamentales en el hecho de sanar, sin las cuales tal hecho no puede producirse y son :
El deseo consciente de ser sanado, por parte del receptor.


El deseo consciente de sanar, por parte del emisor o quien administra el arte sanador.

Estas dos cuestiones, que parecerían ser verdades en si mismas (una tautología, una perogrullada), no son tan obvias ni evidentes al momento del intercambio sanador-receptor quienes, aún pareciendo que cumplen cada uno en su rol con tales elementos, pueden estar meramente disipando el contexto sanacional por la sesión terapéutica en si misma y no por el objeto de la misma, que es: sanar.

No crea el lector que es infrecuente que, muchas personas que concurren a consulta médica, tradicional o no tradicional, tienen el deseo íntimo y consciente de curarse de sus dolencias. Restando patologías psíquicas, algunas lo hacen con un sentido de "porque si", otras para conformar a quienes la rodean, otras con la predisposición a no curarse, en fin : un sinnúmero de causas largo de citar.

En cuanto al sanador; algunos ejercen su arte como un oficio más, otros por la sola retribución, otros con desgano o abulia o apatía, otros sin la intención de sanar sino la de retener al "cliente", y así otro amplio espectro de posibilidades de cita inagotable.

Pero, cumpliéndose aquellas dos condiciones : el querer ser sanado y el querer sanar, aún resta establecer ese común denominador que unifica a todas las técnicas conocidas y que hace posible que la concurrencia de las dos condiciones apuntadas, den por resultado la verdadera sanación de una persona.

Y allí encontramos que, entre ambas partes, debe mediar un flujo energético universal, totalizador y pleno, superior a la energía individual, que canalice en sentido positivo ambas aspiraciones y las concrete.

A esa empatía positiva, la llamamos amor. Así de simple aunque de complejo este fenómeno que, en rigor todo lo puede, más allá de las capacidades propias del sanador y más allá de los padeceres del receptor.

¿ Por qué del receptor ? : porque quien no se ama a si mismo no tiene capacidad real para recibir sanación. Se aliviará más o menos, por un mayor o menor tiempo, pero la dolencia persistirá y hasta es posible que se agrave en su comprensión holística, haciéndose más fuerte y múltiple. Y aquí no hablo de "autoestimas elevadas", sino de amarse en el sentido profundo de conocerse, aceptarse, entender virtudes y falencias, reconocerse en cada actitud y tener, por tanto, la capacidad de brindar amor a otros tal cual los otros sean, resignando lo debido pero nunca resignándose a si mismo.

¿ Por qué del emisor ? : porque quien no ama, a si mismo, a su arte y a quien padece una dolencia, es incapaz de administrar cura alguna ya que no podrá ejercer el don de hacer fluir esa energía universal, total y comprensiva (en mi creencia, Dios y dada por Dios), energía que equilibrará la disfunción energética del receptor, apuntando al resultado deseado que es su sanación.

¿ Acaso la tan mencionada relación medico – paciente de antes, no era el principio de la cura del enfermo ?; ¿ El arrullo de una madre no sana al niño ?; ¿ Una palabra de aliento de un amigo no despeja el alma ?; ¿ Cuantos casos conocemos de personas que "a fuerza de voluntad" vencieron dolencias en apariencia terminales ?; ¿ Y cuantos otros casos conocemos de se "entregaron mansamente" a su padecer ? y así, muchos ejemplos más.

Sanación = Equilibro Energético = Fluir de la Energía Universal a la Individual = Amar

Queramos todos, entonces, estar bien y sanos; queramos quienes administramos algún arte de sanar, amar a quien padece y así sanarlo.

Queramos todos forjar, en esa Energía Universal que es el Amor, sociedades que sean sanas, en lo físico, lo anímico, lo moral, lo espiritual y así serán sanos sus productos. Porque del árbol bueno solo salen frutos buenos y es la Palabra del Señor.

Prof. Carlos R. Andris

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