viernes, 11 de abril de 2008

TENDINITIS y BURSITIS

HABLEMOS HOY UN POCO DE LA TENDINITIS :

Anatómicamente, un tendón es una estructura fibrosa de cierto grosor, mediante la cual los músculos se insertan en los huesos y transmiten a éstos la fuerza generada por la contracción de aquellos, originando movimiento.

Las "bursas" o bolsas, son pequeñas estructuras situadas entre el hueso y otras estructuras móviles tales como los tendones, músculos, piel, cuya función es facilitar el desplazamiento suave de dichas estructuras.

Tanto los tendones como las bursas se sitúan próximas a las articulaciones, razón por la cual la inflamación de ellas deriva en dolores que en ocasiones son percibidos como de origen articular u óseo, incluso como artritis.

Dichas inflamaciones se caracterizan por el dolor, la rigidez, dificultades de movimiento y tumefacciones locales. Las más comunes se localizan en zonas tales como codos, rodillas, hombros, caderas, muñecas, dedos, pies y tobillos.

Descartando patologías tales como la artritis reumatoide, la gota o la artropatía psoriasica, infecciones, sus causas pueden obedecer a excesos en el uso inapropiado de estas estructuras, ya sea por el tipo de labor desempeñada, por el ejercicio físico que se desempeñe, por la reiteración de movimientos repetitivos que generen hipertonia muscular, defectos posturales, etc.

Existen diversos tratamiento que ayudan a mejorar la situación, imponiéndose la debida consulta profesional.

Algunas técnicas coadyuvantes a la mitigación del problema, pueden ser:

Conocer y evitar los movimientos que la originan.
Suplantar dichos movimientos, con guía profesional, por otros adecuados.
Puede incluso inmovilizarse el área afectada y por corto tiempo aplicar calor húmedo.
La medicina recurre incluso a la aplicación de medicamentos con corticoesteroides.


En cuanto a las técnicas de masajes :

Estas afecciones, si bien no son graves, resultan frecuentemente invalidantes por el dolor que ocasionan y son anatómicamente resistentes al tratamiento de masajes si es que no se aplican técnicas adecuadas que implican, principalmente :

No afectar con "estiramientos" los tendones o bursas dilatados para no agravar la situación.

Tratar los músculos o conjunto de músculos afectados que repercuten en la tendinitis o bursitis, con el fin de lograr un relajamiento adecuado que alivie la situación.

Establecer un conjunto de movimientos que, por un lado contribuyan a mitigar la dolencia y, a la vez, suplan a los que la originan, reintegrando al paciente la capacidad de realizarlos y, por ende, mejorando su calidad de vida.

Como he venido insistiendo en otros artículos, tampoco en estos casos debe descartarse el origen de la dolencia en factores tales como el estrés que, como hemos visto hasta afecta involuntariamente en ocasiones la tonicidad muscular, situaciones de depresión que sometan a la persona a prolongados períodos de inmovilidad y generen atrofias que, al recuperar deriven en sobreexigencias musculares y se reflejen en las dolencias que nos ocupan.

También pongo énfasis en el debido cuidado profesional al suministrar medicamentos como los descriptos, por sus efectos secundarios indeseados.

El ejercicio adecuado, los masajes adecuados y la armonía interior (alma, psiquis, cuerpo, holísticamente considerados), estoy convencido que darán adecuados resultados para el tratamiento de estas miasmas.

Prof. Carlos R. Andris

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